“El sueño de la casa propia” ha sido por años un lema bajo el cúal se mantiene la esperanza de cientos de familias chilenas en poder adquirir un lugar para habitar y formar su hogar. Las complejidades de los subsidios, el alza en las tasas de los créditos hipotecarios y el aumento de las viviendas representan una barrera que dificulta cada vez más su materialización.

Verónica Tapia, antropóloga de profesión, Dra. en Geografía y académica de la Escuela de Sociología de la Universidad Católica del Maule, analizó en conversación con Diarios en Red el sistema actual de política habitacional y la necesidad de un cambio en el sistema, partiendo con establecer el derecho a la vivienda. 

El actual sistema de subsidios focalizados es uno de los aspectos que, a su juicio, requiere un cambio profundo, considerando que el Estado externaliza la provisión de viviendas. “El problema que se genera es que las empresas constructoras  al tener como prioridad las ganancias construyen viviendas fuera de la centralidad, con mal acceso y de una calidad bastante deficiente, de manera de poder aprovechar al máximo este subsidio que se entrega”, asegura.

Si bien los subsidios apuntan a ciertos grupos de personas, la experta asegura que las políticas extremadamente focalizadas solo forzan al cumplimiento de objetivos de políticas públicas y no necesariamente a garantizar el derecho a la vivienda.

“Una lógica completamente distinta es cuando pensamos la vivienda como un derecho, esto implica no hacer un esfuerzo por la focalización extrema sino más bien entender que la vivienda digna es un derecho para todos los ciudadanos y ciudadanas. Todas las trampas al sistema de puntaje refiere a esta política de extrema focalización”, comenta. 

El otro gran desafío en la adquisición de viviendas es el numeroso grupo de personas que quedan fuera de subsidios porque “se supone” que pueden adquirir la vivienda a través de préstamos privados y muchos de estos tampoco pueden acceder”, señala Tapia.

Y agrega que, “justamente que en el contexto de una crisis económica se genera una dificultad para acceder a la vivienda porque no es un derecho, sino más bien uno adquiere las posibilidades que tiene y la plata que pueda aportar”.

Un ejemplo en este sentido, es la dificultad de acceso a viviendas para jóvenes en edad laboral, con sueldos bajos. “Si el sistema sigue fundamentado en un sistema que tiene que ver con la ganancia, a las generaciones jóvenes cada vez les va a ser más difícil acceder a la vivienda sobre todo si se considera como la propiedad de la vivienda”

Habitar digno

El complejo escenario de la situación de vivienda impulsa a realizar un cambio en la lógica del rol del Estado, según asegura la experta, e incorpora un nuevo concepto a garantizar un “habitar digno”.

“Un cambio de lógica profundo desde la noción del Estado subsidiario a un Estado social de derecho que implicaría que el Estado tiene el poder y deber de participar en la provisión de la vivienda y el habitar digno”, asevera.

Para Tapia, el rol de la nueva Constitución se hace clave en este sentido. “En la nueva Constitución sería necesario garantizar el derecho al habitar digno y no solo enmarcado a la vivienda, también en áreas verdes, transporte, accesibilidad y un montón de condiciones urbanas que deberían estar garantizadas”, detalló la académica. 

Y agrega que, “No necesariamente la propiedad de una vivienda implica un habitar digno. En los últimos años el enfoque ha sido la “casa propia”, lograr ser propietario de una vivienda como objetivo primordial, pero ¿y si cambiamos el enfoque y pensamos en un habitar digno?. No necesariamente el habitar digno está vinculado con la propiedad, entonces, ahí surgen programas de arriendo u otros”.

¿Se construyen viviendas para quien lo necesita?

El déficit habitacional pese al incremento en construcción de viviendas es un elemento preocupante, según plantea la experta, ante la falta de solución al problema.

“Esas viviendas que se están construyendo tienen que ver con un negocio, más que proveer de viviendas a las personas que lo necesitan. Bajo el esquema de déficit habitacional , inicia un proceso de construcción de viviendas - a partir de las inmobiliarias- que no necesariamente van a resolver el problema del déficit”, cuestiona. 

“En todos los proyectos nuevos hay bastante cantidad que son personas que tienen su propiedad y estamos hablando de inversiones grandes, no es solo una persona que tiene una segunda vivienda, sino de poderes que tiene la posibilidad de hacer negocio, por ejemplo, a partir de la propiedad de todo un edificio y obtener una rentabilidad super alta”, cierra.

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